Soran Tardad: Rey de Vaesmar tras
la muerte su hermano Soldan, es un joven de 21 años a quien todos juzgan
consentido y caprichoso. Comenzará un viaje que le llevará a descubrir cosas
sobre sí mismo que ni siquiera conoce. Es alto y delgado, tiene el cabello
largo y castaño con hebras plateadas en las sienes, los ojos verde musgo y la
tez clara.
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Siranna Tardad: También Siranna
del Fuego, Primer Paladín de la Hermandad de la Diosa en Tredon. Es la hermana
melliza de Soran, tiene 21 años. Se fugó de Vaesmar siendo una adolescente. Tan
alta como su hermano, su constitución es la de aquel que lleva años manejando
la espada. Su pelo es castaño y le cae por debajo de los hombros, suele
llevarlo recogido en una trenza, tiene el rostro claro pero bronceado por el
sol y los ojos de color aguamarina. Seria y estricta cuando necesita serlo,
también es animada y jovial.
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Tary: Sanadora en el palacio de
la Ciudadela, la mejor amiga de Soran. De 17 años, es hija de un importante
miembro de la corte de Vaesmar. Acompañará a Soran en su viaje. Delgada y de
estatura media, tiene los ojos azules y una mirada desafiante; de largo pelo
moreno y tez clara. Es seria y responsable.
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Dorento: Sumate. Arké de los Relámpagos
Rojos. De 27 años. Se unirá a Soran y el resto. Alto (mide casi uno noventa) y fibroso, con
fuertes brazos habituados al uso de la espada. Tiene la cabeza rasurada salvo
por un largo mechón de pelo cobrizo que le cae desde la nuca, barbilampiño y de
piel morena, con los ojos grises veteados de verde. Es carácter reservado y
duro.
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Neia: Una mujer joven, lleva años recorriendo los Continentes del Norte y el Sur ganándose la vida con sus habilidades para la caza, que su padre le enseñó desde que era una niña. Se unirá al grupo de Soran. Tiene 20 años y un halcón llamado Thrum. Alta y atlética debido a su vida en los caminos, tiene el cabello lacio y trigueño, los ojos de color marrón oscuro (casi negros) y la piel bronceada por el sol. Es extrovertida y jovial, al menos de cara el exterior, su premisa es vivir día a día, aprovechando el presente al máximo.
